Un artista por naturaleza

Un artista por naturaleza
A raíz de una conversación con el Profesor Sadot Marchany Méndez
Ivette Marie Serrano
Recinto de Aguadilla

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A una temprana edad el Profesor Sadot Marchany Méndez descubrió que su verdadera vocación era el arte. Marchany Méndez perteneció a la Generación Silente y según nos relata, era una época en la cual la familia era la autoridad absoluta y solamente los padres y abuelos eran los que podían tomar decisiones. Sin embargo, el artista en ciernes poco a poco fue liberando el talento que le adornaba. Cada vez crecía su amor por el arte y se veía influenciado por su otra pasión: la naturaleza. El profesor nos cuenta: “Yo escapaba a la finca a jugar con mis animales predilectos y con la tierra. La tierra es muy importante para mí porque fue la que despertó un espíritu rebelde en mí. Ahí fue cuando comencé a hacer mis propios pigmentos con hojas, tierra y semillas. Lo hacía porque mi familia no me compraba materiales.” Entonces, Marchany Méndez mientras jugaba, aprendía. Podríamos decir que fue un maestro infantil porque compartía con uno de sus vecinos que sí tenía materiales y poco a poco les fue enseñando a pintar.

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Marchany Méndez tenía un problema: sus familiares deseaban que estudiara medicina, pero el quería ser artista. Era una tradición que en las familias puertorriqueñas alguien fuese doctor. El nos comenta respecto a este particular: “Yo estaba mortificado porque yo no quería ser médico.” Obviamente la medicina no era su vocación, sino el arte era lo que llenaba su universo, por lo tanto, continuo persiguiendo su sueño de dedicar su vida a las artes.

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Nos relata que desde pequeño fue autodidacta hasta que entró a la Escuela Secundaria y llegó el momento crucial de escoger una universidad donde estudiar. El ya conocía los deseos de su familia, sin embargo hizo todo lo posible por llevar a cabo su sueño. Ahí fue cuando comenzó a estudiar inglés con una amiga que estudiaba en el Instituto Politécnico. Posteriormente se reveló y comenzó a estudiar arte formalmente en la mencionada Institución.

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Al poco tiempo de graduarse de arte se dedicó a ayudar a sus estudiantes, siempre tratando de que estos hicieran la diferencia y que conservaran su sello de autenticidad. Marchany Méndez nos confiesa que “en las artes tienes que ser diferente y no puedes darte el lujo de que te censuren.” El considera esto un principio fundamental para todos los artistas que deseen destacarse.

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El Prof. Marchany Méndez me comentó que le tiene mucho cariño a todas sus obras, pero dice que tiene una predilecta. Al respecto, nos cuenta: “Soy un enamorado de todas mis piezas, pero tengo una que la presenté recientemente en la Universidad Católica de Mayagüez, llamada Novia en bandeja de plata, es un rostro sin definición. La pieza está tallada en madera y tiene el rostro en repujado. (A mi me encantan las mezclas y los medios mixtos, desde la infancia me han gustado.) La intención de esta obra es darle un toque de interrogación. ¿Quién será la novia? Es esa apertura de interpretación que tienes con las piezas.”

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La obra del Profesor Marchany está llena de fuerza, energía, movimiento y vitalidad. Pareciera como si la naturaleza y las vivencias se anudaran fuertemente para plasmarse en los lienzos. Los colores cálidos e intensos se mezclan en la paleta de este artista que trasciende sus vivencias para reflejar el mundo moderno con sus nuevas formas, líneas, movimientos y sonidos que provocan sensaciones acústico-visuales en el espectador.
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Algunas obras: